La nación se divide en dos grandes grupos políticos antagónicos. En el pasado, estos grupos supieron ser llamados proteccionistas y librecambistas; unitarios y federales; radicales y conservadores; peronistas y conservadores; hoy, kirchneristas y opositores. En política, las diferencias pueden (¿O deben?) ser productivas, porque el debate es intrínsecamente fructífero y suele dar un producto que es la razón, hija del acuerdo entre los distintos pensamientos de la sociedad. Sin embargo, existe un elemento (también propio del hombre), que vuelve a ese choque de ideas no sólo improductivo sino también peligroso: la pasión. Las pasiones son sentimientos que agitan el alma hasta un punto de ebullición que puede lograr alejar a los hombres de la razón. En la Argentina de hoy, no importa qué haga el gobierno, o está muy bien o está muy mal. El debate político está ausente, porque la oposición está tan fragmentada que no consigu...
Economía argentina, regional e internacional. Asuntos globales.