¿Por qué, mes de mayo, año 2012, el Estado restringe la capacidad de compra de dólares de los agentes económicos locales? Bueno, como casi siempre en economía, no hay una sola razón.
Primero tendremos que servirnos de la historia para entender el presente. Luego de la crisis de 2001 y más precisamente desde el 2003 en adelante, Argentina experimenta un recupero económico considerable (suba del PBI, en términos nominales). Esto sucedió, básicamente, por la atinada aplicación de políticas keynesianas anti-cíclicas que se dieron en el gobierno de Eduardo Duhalde continuado por Néstor Kirchner.
Anti-cíclico se refiere a que van, justamente, en contra del ciclo económico vigente. Es decir, si la economía está en crisis porque el Estado gasta más de los ingresos que obtiene (déficit fiscal), lo lógico sería que "se ajuste" achicando gasto público en escuelas, hospitales, obra pública, jubilaciones, seguros de desempleo, etc. Esto es actualmente lo que sucede en España y Europa en general, donde la primera respuesta a la crisis han sido políticas cíclicas. Lo contrario (anti-cíclico), es que el Estado expanda el gasto público para incentivar el consumo, garantizar el pleno empleo y reactivar así la economía. Esto se llama “fomentar artificialmente la Demanda Agregada”.
¿Funcionó? Sí y bastante bien. Bajó el desempleo, aumentó el consumo y todo comenzó a reactivarse. Pareciera mágico esto de fomentar la Demanda Agregada, pero no es tan así. La realidad es que esta política central fue acompañada de otras de corte subsidiario, por ejemplo, las dirigidas a los servicios básicos y al combustible, además de contar con un amplio plan de asistencialismo social que incentivara el consumo aún más y mantenga activo al motor de la economía: las empresas y los trabajadores.
¿Listo? No, falta una cosa más y muy importante: los precios de los commodities. ¿Qué exporta principalmente Argentina después de la crisis? Argentina, exporta materias primas, principalmente soja y otros cereales. Debido a la gran demanda China de estos productos, los precios en el mercado internacional subieron de forma record y, el Estado argentino, por medio de retenciones a la exportación, recaudó mucho dinero (muchos dólares que ingresaron de esas ventas al exterior). Esto sirvió para engrosar las reservas del Banco Central y así pagar, por ejemplo, gran parte de la deuda externa, entre otras cosas.
Entonces.. ¿Todo 10 puntos? ¿Y el dólar qué onda? En realidad, esas fueron las buenas, ahora vienen las malas. Este proceso de acumulación de divisas, se debió principalmente a las ventajas que nuestro país supo aprovechar por medio del comercio internacional, que dieron como resultado un amplio superávit comerciar por varios años. Este superávit permitió al Estado afrontar los gastos de las políticas anti-cíclicos que emprendió. Pero toda esta bonanza, lógicamente hizo crecer tres cosas: la producción, la capacidad de consumo de la población -en mayor medida- y por ende, la inflación (a niveles ya inaceptables). ¿Qué hizo el gobierno para frenar la inflación? Nada. ¿Y para frenar un poco el consumo e incentivar el ahorro y la inversión? Nada. ¿Y para incentivar la producción aún más para que la oferta supere a la demanda y baje la inflación? Muy poco. ¿Y las políticas anti-cíclicas del principio de la historia? Guardadas al ladito del libro de Keynes.
Parece que tenemos un problema. Y sí, lo tenemos. El Gobierno, en vez de enfrentar la situación intervino el INDEC y manipula los índices económicos para desestimar las variables negativas. Esto hace que la gente no crea en su moneda, la cual pierde constante valor gracias a la inflación real, que es muy distinta a la del INDEC y entonces... ¿En que ahorra el argentino? Dólares.
Cerremos el cuento. El aumento de la producción y de la capacidad de compra de la población, aumentó las importaciones. La falta de políticas energéticas responsables llevó a la falta de producción de combustibles y la consecuente obligación de importarlo, con los gastos que eso demanda. Conclusión: chau superávit comercial. La gente se corre del peso y compra dólares; el país tiene que afrontar muchos gastos en divisas, pero ya no tiene tantos porque el superávit comercial ya es historia, entonces tiene que guardar cuanto dólar circule de Jujuy a Tierra del Fuego. Para eso desplegó los tentáculos del pulpo AFIP, restringiendo la compra a los particulares y luego envió al Secretario de Comercio a restringir importaciones. Ni un dólar fuera del país; ni un dólar en las cajas privadas. ¿Consecuencia? Se crea un mercado paralelo que le dice "dólar blue" a la divisa que se consigue libremente.
¿Cuánto puede durar éste escenario? Indefinido, pero suponemos que el mismo tiempo que en general duran todas las medidas, que, en un país democrático, cohiben los derechos individuales de los ciudadanos...
NOTA: esta nota está dedicada al Sr. Federico Mosconi, quien comentó que "Todos entendemos, pero no entendemos nada de lo que nos pasa"
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