Ir al contenido principal

El dólar arcoíris, un reflejo del mercado del miedo

 

   El mercado cambiario argentino no es para daltónicos ni para periodistas poco imaginativos. El dólar tiene colores y apodos por demás. Mientras la inventiva financiero aflora, muchos describen al mercado cambiario como "el mercado del miedo", ¿Por qué?
 
   Es bien sabido que, en la República Argentina (y por una orden gubernamental no muy bie explicada públicamente), el Estado se ha dotado del derecho de restringir la compra de dólares para atesoramiento a empresas y ahorristas particulares. En términos oficiales, la restricción tiene por objeto detener la fuga de divisas al exterior y "pesificar" la economía nacional para terminar con una idiosincrasia argentina convencida de que cuando hay que ahorrar, la moneda estadounidense es más eficaz para conservar valor que la moneda nacional. Pero, más allá de estas explicaciones no muy convincentes del gobierno nacional, es importante pensar como sociedad, qué motivos pueden haber de fondo para que un gobierno entienda que debe decidir por sus ciudadanos el activo en el cual pueden y deben ahorrar.

   Para empezar, es importante dejar de lado las conjeturas superficiales de muchos sectores actualmente opositores que entienden dicha medida como el inicio de una suerte de dictadura económica o de decisiones arbitrariamente cínicas con objeto de lucro individualista por parte de los políticos de turno. Obviemos un poco el partidismo político porque muchas veces nos inhibe el análisis. La realidad es que las políticas del gobierno son lógicas, aunque muy pobres en términos resolutivos.

   Cuando el gobierno actual asumió allá por el 2003 con los vestigios de la crisis del año 2001 a cuestas, se basó en políticas anti-cíclicas para revertir la recesión sin acudir a las clásicas directrices neoliberales. Así, el Estado se endeudó para motorizar la economía vía demanda agregada y lo logró bajando el desempleo y reactivando el consumo. La mayor parte de los ingresos públicos fueron vía retenciones a la exportación de productos primarios, como la soja y el maíz, los más vendidos por el país al mundo y que mayor cantidad de divisas proveyeron y proveen. Las reservas acumuladas fueron utilizadas para aumentar el gasto público y la asistencia social desde el Estado a un pueblo golpeado por la crisis. A su vez, se engrosaron las reservas del Banco Central, y con ellas, se pagó gran parte de la deuda externa, más que nada aquella porción que nos ligaba íntimamente al Fondo Monetario Internacional (FMI), entidad con la cual se canceló el total de los pasivos recuperando cierto margen de soberanía.

   Pero la deuda externa no era tan sólo con el FMI, sino que esta sólo representaba una pequeña parte, la cual todavía se adeuda y aumenta mes a mes, intereses de por medio. El resto de la deuda externa, junto a los bonos denominados en dólares (deuda que el gobierno emitió para financiarse), más las importaciones de energía y otros bienes de capital, siguen siendo pasivos en divisa que afrontar, y como el gobierno se decidió por sostener subsidios, altos niveles de asistencialismo social y retenciones a la exportación de productos primarios (profundizando "el modelo"), nos encontramos, a una década de la asunción del kirchnerismo, con una economía sin diversificación de exportaciones y con un desarrollo industrial muy bajo ligado a convenios con MERCOSUR poco eficientes y un sistema de ensamblaje que dista mucho de ser competitivo, ni en precio ni en calidad respecto al producto final "elaborado".

   Como resumen, el superávit gemelo (fiscal y comercial) con el que contaba el país en el primer lustro de kirchnerismo se convirtió en déficit, y el aumento de deudas en dólares, combinado con el estancamiento de las exportaciones y la inflación, llevó al gobierno a adoptar dos medidas para intentar conservar un caudal de reservas en dólares en pleno declive: restringir importaciones para simular una balanza comercial positiva y restringir el atesoramiento de dólares a cualquier ente que no sea el Estado. Poco eficiente a mediano plazo, bastante lógico de corto. Pero el gobierno subestimó demasiado la historia argentina de los mercados paralelos y el dólar pasó a tener más colores que su original, colores que sirven para designar los distintos precios que puede adoptar la moneda extranjera según su forma de comercio y liquidación. Este dólar versión multicolor, viene poniendo en jaque al gobierno hace ya más de un año y, sin embargo, las políticas oficialistas siguen siendo negar su poder de acción y su capacidad de obligar una devaluación del mercado oficial en forma indirecta. La respuesta sigue en una misma línea: aumentar las restricciones y el monitoreo.

   Pese a quien le pese, no ha sido sino el propio gobierno quien creó el mercado paralelo y es, además, quien lo incentiva día tras día con políticas obstinadas, a crecer más y más en capacidad de influencia sobre la economía en general y la salida de divisas en particular. Es el gobierno el que ha creado lo que algunos llaman "el mercado del miedo", donde todos quieren comprar y nadie quiere vender. Mientras tanto, el dólar paralelo sube y sube... y sube.

"Tantas cruces, tanto tiempo asustados
Asustados, no, no se puede pelear..."

Comentarios

Lo más visto

El Loop Diamand

    Parece que fue ayer cuando Marcelo Diamand escribía sobre "el divorcio entre las ideas de la sociedad argentina y la realidad”. En su artículo publicado en 1972 , el economista intentaba explicar la contradicción entre un país con matriz exportadora primaria e industrialización incompleta, y una sociedad en gran parte convencida de promover ideas económico-liberales propias de economías industrializadas y avanzadas.    Para Diamand, Argentina se caracterizaba por aquel entonces por contar con una estructura productiva desequilibrada. En pocas palabras: el país no estaba industrializado, sino que contaba con cierto entramado industrial. La situación era incómoda porque mientras concretar el proyecto industrializador demandaba una cantidad de divisas cada vez mayor (pues para acumular bienes de capital, es decir, maquinaria, era preciso contar con moneda internacional), el proceso no era capaz de generar los dólares que demandaba su propio crecimiento.   ...

Imaginacionlandia - Parte I

Incluso cuando Euclides inmortalizaba los 5 postulados geométricos más elementales, allá por el Siglo III antes de la Era Común, los matemáticos de entonces (y todos los subsiguientes) no imaginaron que el Siglo XIX llegaría para debatir su 5to postulado, dando lugar a la geometría no euclidiana (por ejemplo, la esférica o la hiperbólica). Es cierto, no toda la base lógica de Euclides cayó, pero sí se desafiaron algunas de sus premisas, dando lugar a nuevos descubrimientos de lo que hasta entonces se sabía por conocido.     ¿Quién podría haber imaginado que, 2 siglos después, una ruptura de paradigma tal se daría, nada más y nada menos, que en Argentina? Con una Copa del Mundo en la mano y una daga filosa en la otra, apuñalando sin descanso las verdades del pasado.       Muchas palabras. La parte I de este artículo es sobre inflación en Argentina, o mejor dicho, de cómo logramos que 2 + 2 no resulte 4 (no te enojes Euclides, quizá tus axiomas no eran t...

DONDE NADIE LA VE, EL TUERTO ES REY

       El 1ro de marzo, el Presidente Javier Milei inauguró las sesiones ordinarias de la Asamblea Legislativa de 2024 con un discurso de poco más de una hora de duración. Repasemos.       Ese mismo día viernes, se cumplían 82 días exactos de la asunción del nuevo Presidente de la Nación y el Primer Mandatario se encargó de acentuar, con certeza, el momento económico crítico que atraviesa el país producto de la herencia de gestiones anteriores varias, al tiempo que no evitó mencionar el recientemente publicado informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica que describe cómo poco más del 57% de la población se encuentra bajo la denominada “línea de pobreza” y que más de 7 millones de argentinos califican como indigentes.       Por supuesto, pese a haber asumido hace ya casi 3 meses, logrado modificar varias leyes de impacto económico directo por Decreto de Necesidad y Urgencia (e incluso intenta...

La decadencia kirchnerista

       La nación se divide en dos grandes grupos políticos antagónicos. En el pasado, estos grupos supieron ser llamados proteccionistas y librecambistas; unitarios y federales; radicales y conservadores; peronistas y conservadores; hoy, kirchneristas y opositores.      En política, las diferencias pueden (¿O deben?) ser productivas, porque el debate es intrínsecamente fructífero y suele dar un producto que es la razón, hija del acuerdo entre los distintos pensamientos de la sociedad. Sin embargo, existe un elemento (también propio del hombre), que vuelve a ese choque de ideas no sólo improductivo sino también peligroso: la pasión. Las pasiones son sentimientos que agitan el alma hasta un punto de ebullición que puede lograr alejar a los hombres de la razón.      En la Argentina de hoy, no importa qué haga el gobierno, o está muy bien o está muy mal. El debate político está ausente, porque la oposición está tan fragmentada que no consigu...

De la crisis venimos y a la crisis vamos

    Déficit fiscal, desempleo, deuda externa y una mala distribución del ingreso nacional… ¿América Latina?, ¿África? No, Europa. ¿Por qué "de un momento para otro", lo que era un paraíso económico y social, pareciera que dejó de serlo?      Directo al grano: la crisis se originó en Estados Unidos. Allí, el sector bancario tuvo la idea de comenzar a otorgar créditos basura ( sub-prime ) a gente que no calificaba - según sus ingresos de aquel momento y en prospectiva- para poder re-pagarlos). Los créditos eran, en su mayoría, hipotecarios (aunque también existían de consumo), es decir, tenían como fin el acceso a la vivienda para los que no tenían, y la tentación de una 2da o 3er casa para quienes ya eran propietarios.      Gracias al poder del marketing del sector financiero, muchas personas accedieron a créditos que no podían pagar. Debido a la gran cantidad de préstamos sub-prime que se otorgaron, la construcción creció desmedidamente y el pre...