Nos quedamos con Rosas y una de sus políticas pro-soberanía nacional, aquella de anexionar Río Grande do Sul o, por lo menos, convertirlo en el Estado tapón que pretendía la diplomacia británica en América del Sur. Entre 1851 y 1852, Rosas encarga al General Urquiza, supuesto caudillo federal de Entre Ríos y Jefe del Ejército Grande del interior, la conducción del ejército de la Confederación Argentina hacia tierras brasileñas.
Rosas y Urquiza eran oponentes políticos, ambos se acusaban de ser unitarios disfrazados de federales. El conflicto se centraba en la no federalización de los ingresos de la aduana (ver sección "Extras” al final de este artículo). Encomendar el ejército grande a Urquiza pudo haber sido el error más grande del gobierno de Rosas, sin embargo, no tenía otra opción. En un territorio donde cada caudillo movilizaba sus propios ejércitos y donde Urquiza se plantaba como el caudillo más poderoso de todo el litoral, Rosas contaba con dos opciones: o pasar con su propio ejército desde Buenos Aires hasta Brasil y enfrentarse a Urquiza en Entre Ríos desprotegiendo Buenos Aires, o confiar en que Urquiza colocara el interés nacional por sobre el individual y conduzca al ejército hacia la frontera con Brasil.
La diplomacia brasileña actuó rápidamente sobre Urquiza, sobornándolo con la cuantiosa suma de 300.000 patacones de la época. Urquiza aceptó el dinero, tomó las riendas del Ejército Grande, incorporó soldados brasileños a sus filas y ambos marchó contra Rosas y Buenos Aires. Así se gestó la batalla que devolvió a nuestro país a las políticas digitadas desde el centro del poder internacional, la batalla de Caseros.
Caseros no fue la batalla que definió la guerra civil como cree la historia oficial, ni aquella contienda que puso fin a la tiranía de Rosas, dictador unitario disfrazado de federal. Caseros fue una guerra internacional que Argentina perdió contra Brasil e Inglaterra, los verdaderos vencedores de Caseros. ¿Por qué? Porque sólo es necesario ver los hechos: Inglaterra obtuvo su Estado tapón entre Argentina y Brasil, y ese Estado no salió del territorio brasileño como pretendía Rosas (Río Grande do Sul), sino que salió del territorio del ex-Virreinato del Río de la Plata, siendo finalmente la Banda Oriental del Uruguay. ¿Quién era, entonces, el unitario disfrazado de federal? Volvamos a los hechos: ¿Cuál fue la primera política de Urquiza al llegar al gobierno en Buenos Aires? Luego de reunirse con el Embajador británico en Buenos Aires, derogó la Ley de Aduanas, restituyendo el sistema de librecambio en todo el territorio.
Caseros no fue el fin de la tiranía de Rosas; Caseros
fue el fin del proteccionismo económico argentino pro-industria nacional.
Caseros fue la victoria del Imperio sobre el proyecto de un país uniforme. Caseros
fue una victoria internacional pero unitaria al mismo tiempo.
Extras
- Si los unitarios querían quitarles poder y autonomía
a las provincias centralizando fuertemente el gobierno en Buenos Aires, ¿Por
qué había unitarios en las provincias? ¿Qué rol ejercieron el Gral. Paz y la
Liga Unitaria?
En el artículo SubdesArgentina
– Parte I, se explica cómo funcionaba la red de contrabando liderada por la
oligarquía porteña a partir de la distribución de importaciones hacia el
interior, lo que convertía a Buenos Aires en una suerte de Metrópoli de las
sub-metrópolis más importantes del país (Santa Fe, Córdoba, Tucumán y Salta).
En las sub-metrópolis, los beneficiados con este sistema eran las elites
provinciales, que participan de la red de distribución de la mercadería
importada de contrabando.
- Si Rosas
era federal y promovió la Ley de Aduanas, ¿Por qué no federalizó sus ingresos?
Sin dudas, de las críticas más repetitivas sobre el
gobierno de Rosas y, a su vez, la más válida: el gobernador de la Confederación
nunca federalizó los ingresos aduaneros de la Aduana de Buenos Aires. ¿Debería
haberlo hecho? Bueno, siguiendo la doctrina federal, sin dudas. Pero, muchas
veces de la teoría a la práctica existe un abismo.
Como se describió en el artículo SubdesArgentina
– Parte III, la guerra civil estaba en cada rincón del país: los
secuestros, traiciones y fusilamientos eran moneda corriente; los caudillos
provinciales disentían en intereses y cada cual contaba no sólo con la
capacidad de movilizar un ejército sino además de aliarse a las fuerzas
extranjeras. En ese contexto, federalizar los ingresos de la aduana para
financiar a potenciales rivales, era una política muy difícil de argumentar,
incluso desde la mera coherencia.
- Si Urquiza
era un general federal del interior, ¿Por qué era pro-librecambio? ¿Por qué abogaba
por la “liberalización de los ríos
interiores de la Confederación"?
Todo el litoral se especializaba en la elaboración de
lanas y telas. En pleno auge de la industria textil manufacturera británica, a
Urquiza y otros caudillos del litoral, les urgía hacer negocios la potencia
europea, pues ésta compraba en grandes cantidades las exportaciones de materias
primas del litoral que, luego de ser instaurado el librecambio, podría retornar
al país, pero siempre en forma de producto elaborado, de mercancía, de
manufactura, que por definición, incluía dentro de sí el valor de la materia
prima original más el valor agregado de su elaboración. Este sistema era un negocio
beneficioso para Urquiza, importadores y la elite unitaria del litoral, mientras
sostenía los privilegios de las potencias extranjeras industriales.
¿De quién logró liberar los ríos Urquiza tras la
victoria en Caseros? De los argentinos. Porque los ríos se liberaron para que
ingresen los productos británicos y franceses. Se liberaron para el ingreso de
barcos mercantes imperialistas.
- ¿Fue el
gobierno de Rosas el fiel reflejo de un régimen autoritario, lleno de
fusilamientos y persecuciones políticas al mejor estilo del terrorismo de
Estado clásico?
¿Existieron fusilamientos en la época de Rosas? Sí,
por supuesto. ¿Hubo persecuciones políticas, principalmente al partido unitario
en Buenos Aires y en toda la Confederación en general? Sin dudas las hubo.
¿Practicó el gobierno de Rosas el terrorismo de Estado? Sí, lo hizo.
Las persecuciones políticas, los fusilamientos y el terrorismo
de Estado argentino, ¿Comenzaron con el gobierno de Rosas? Por supuesto que no.
Esto existía desde la época del Virreinato y se recrudeció con la Revolución de
Mayo (aumentando aún más luego de la Anarquía del Año XX). Desde la Primera
Junta hasta Belgrano, ordenaron fusilamientos. No existían conceptos como el de
Derechos Humanos en la época.
En la época de Rosas, ¿Fue ese gobierno federal el único que utilizó tales herramientas en pos de conseguir sus objetivos? Por supuesto que no. La guerra civil cruenta desde ambos bandos. El partido unitario, con Lavalle y Paz a la cabeza, ordenaron fusilamientos y ejecuciones públicas de federales por todo el país.
Luego de Caseros, en el ’52, ¿Terminó el régimen de
fusilamientos y persecución política? ¿O, acaso, terminó la guerra civil? Por
supuesto que no. El mismo Urquiza ordenó fusilar a muchos federales y luego durante
el golpe de Alsina en Buenos Aires que puso a Bartolomé Mitre al poder, se ordenaron
fusilamientos de miles de federales.
¿. Fue Rosas el reflejo de una política nacional
violenta? Sí, uno de los tantos. Es tan culpable del terrorismo de Estado como
la mayoría de los políticos y militares del siglo XIX.
- ¿Es cierto
que Rosas intentó vender las Islas Malvinas a los ingleses para evitar un bloqueo
y una invasión incluso peor?
No. Es una falsa interpretación de la historia. Rosas,
por medio de Arana, su ministro de Relaciones Exteriores, instó a los ingleses
a que reconozcan los derechos argentinos sobre las islas y dijo que a partir de
ahí podría comenzar las negociaciones para entregar el territorio en parte de
pago de la deuda externa argentina para evitar así hostilidades mayores. Naturalmente,
Rosas nunca pretendió entregar las islas, sino que Inglaterra reconozca los
derechos argentinos sobre ellas, para que una vez reconocidos, se achique su
margen de maniobra diplomática. Rosas cargó con el peso del empréstito
contratado por Rivadavia en el ’24 con la Casa Baring Brothers, empréstito para
el cual hipotecó todo Buenos Aires como garantía. Gran Bretaña nunca cedió al
pedido de Rosas porque la diplomacia de Gran Bretaña se mueve inteligentemente
y jamás permitiría que queden constataciones de que Inglaterra admite los
derechos argentinos sobre las islas. Gran Bretaña sabía muy bien que esa era
una jugada de Rosas para avanzar sobre la recuperación de las Malvinas.
"Y habrá estrellas como huellas del destino del camino
De los que siempre buscaron... un viento mejor."
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